martes, 16 de febrero de 2010

5ta Parte (última) de El Último beso sobre mi almohada

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Me acerqué a ella como si fuese la única mujer en el mundo, la persona que pueda resolver todas mis dudas, la que podía ser tan real como en mi sueño, pues no me quedó otra que inventar alguna situación bochornosa para poder enfrentarme a ella. Era el momento preciso, el adecuado para poder intercambiar un par de palabras y lo único que tenía en mis manos era un par de lapiceros y una agenda en la cual llevaba mis apuntes, notas de la facultad y frases que encontraba en un libro que me gustaban. No se me pasaba nada por la cabeza así que decidí botar la agenda cerca de sus piernas.

Era el momento de cruzar un par de frases, pero lo único que conseguí fue que ella lo recogiera y que me diga: “Se te cayó esto” y yo: “gracias”, y nuevamente quedar como un torpe frente a una chica tan bonita como ella.

Los sueños con ella no terminaban, seguían con mayor intensidad, no dejaba de pensar en ella, y el primer día en la universidad, fue el mejor para mí, a pesar de la profesora que me conseguí, sabía que esto era para mí.

Al siguiente día llegué temprano a clases con la intención de verla antes que nadie, pero esa carpeta de madera color cedro estaba vacia, vacía, muy vacía.
Parecía que yo era el único que notaba eso, porque todos seguían haciendo su vida, sus cosas, etc.

Eso fue un día, pero al día siguiente tampoco la vi, es más, la chica más inteligente del salón Claudia Barreto, la que se encargaba de tomar la asistencia todos los días, cuando ya uno no podía ni respirar, por el calor del verano cerca al mediodía, no la mencionaba, no existía ninguna Carla en ese salón, ¿Era que estaba loco yo?, ¿Era que he vuelto a soñar?, pues no lo sé.

Ya no eran días, ni semanas, eran meses los que no veía a la chica, terminó el ciclo y seguía sin verla, era mi obsesión tan grande, que cada día que no la veía, pensaba más y más en ella.

Las horas en mi habitación eran interminables, las lágrimas en mis almohadas, los besos imaginándome sutilmente que era ella la que estaba a mi costado, pero no era nadie.

Los amigos del colegio llamaban a mi casa a preguntar por mí, yo le decía a mi madre que no diera razón de mi paradero, estaba desubicado de todo, desprotegido ante todo y sobretodo con miedo de todos, tenía miedo hasta de la persona que se situaba al costado mío al tomar el bus a un lugar sin rumbo.

Es así como poco a poco caí en el alcohol, esa droga liquida con la que un humano siente ahogar sus más intimos secretos, sus penurias, sus desamores y la falta de afecto. Es así como me refugié en él y me olvidé por completo de la vida que tenía por delante, fue así, simplemente así.

Pasaron los meses, vivía en la calle y no tenía ni la mínima intención de volver a mi casa, me las buscaba, encontraba refugio en cualquier lugar, digería cualquier tipo de alimento que me permita mantenerme firme en la rutina del día, hasta que un día caminando por el malecón del barrio que solía visitar con mis amigos, levanté la mirada y pude ver la silueta de una mujer que a lo lejos brillaba, pero pude apreciar que sólo la única persona que lo notaba era yo. Es así como me acerqué a ella y me ubiqué a su costado, ella estaba con los brazos estirados en forma de águila como queriendo volar hacia delante (tipico de un suicidio), y yo pasado de tragos, pero eso no era lo importante, sino que al verle la cara, vi a Carla, era ella, era la mujer que toda mi vida estuve buscando. La visión se me nubló y no recuerdo más.

Al abrir los ojos, pude notar que me encontraba en una sala de operaciones, los doctores corrían y se escuchaba que conversaban entre ellos que yo era un paciente el cual se habia fracturado el cráneo y gran parte del cuerpo y que mis posibilidades de poder seguir con vida eran muy pocas, era la sala de cuidados intensivos y yo no podía ni mover los brazos, ni las piernas, ni nada, me encontraba en una especie de coma, ese coma que se presenta cuando una persona le dice adiós a la vida y tiene como una especie de “Repetición instantánea” de cada segundo de su vida, hasta el momento en que se encuentra, eso me pasaba a mí, hasta que de pronto, dentro de todo el salón se apareció una mujer a la que sólo podía verla yo, y esa mujer era Carla, recuerdo las palabras que me dijo: “La vida continúa en la muerte, es un nuevo ciclo de vida fuera de la tierra y yo me encuentro ahí, tu otra vida es conmigo y tu otra vida se encuentra allá, ha llegado la hora”, se acercó a mí, y yo no tenía miedo a nada, me dio un beso y sentí como mi alma se dispersó en toda la sala como una nube blanca a la que nadie podía ver, era Carla la mujer con la que yo hice mi vida en otra vida – valga la redundancia - , la que me hizo vivir un infierno en la tierra, mi obsesión ya no era parte de la vida, sino de la muerte, era como una especie de Deja vu que nunca imaginé tener, un especie de desdoblamiento con esa persona, era ella.

Ahora soy otra persona, en otro cuerpo y en otra vida, esperando completar lo que no pude hacer como Juan, pero con otro nombre, es así, la vida se acaba, pero nuestra alma aún tiene un gran camino por recorrer.


Fin.

sábado, 16 de enero de 2010

Ya regreso

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Este 2010 tampoco habrán milagros ;)

viernes, 30 de octubre de 2009

¿Se acuerdan?

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¿Se acuerdan?
Hace un año en este blog, sólo den un clic

martes, 27 de octubre de 2009

Cuarta Parte

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Los días pasaban y pasaban
parecían segundos, segundos que yo no podía controlar

Cuarta Parte

Llegaba la universidad, yo recién entraba a un mundo donde uno lucha contra otro, en la batalla de quién quiere ser el mejor, en esa batalla estaba yo, y no podía quedarme atrás.

Fue así que llegando a la Universidad me encontré con dos amigos que no había visto hace mucho tiempo, que conocían a César (uno de mis mejores amigos, ya mencionado antes); ellos eran Gabriel y Lucas, gente que conocí cuando era un niño y andaba por los lares de la primera comunión, grandes amigos, pero perdí sus direcciones, correos ó cualquier forma que me permita contactarme con ellos.

En fin, llegué a mi salón y casi entrando me choqué con una persona, la miré fijamente a los ojos, pero andaba en otra esa persona, ¿Quién era?, pues era ella, la chica que vi cerca a mi casa, la que se parecía a la de mi sueño, era ella, pero ahora ¿Qué hago? "le hablaré" me dije, pero no lo iba a hacer, entré a clases.

Se abrió la puerta y una figura entró lentamente al salón, era la profesora Jessica Ramirez, la odiosa de la facultad, la que jalaba a todos, ¿Tanta mala suerte puedo tener en un día? Sí, sí que la tengo.

Empezó su clase, pero esa es otra historia, yo no podía dejar de ver a esa chica que estaba en mi salón y era identica a a la de mi sueño, fue ahi que me dije: "¡Basta!" y me acerqué...

Continúa en la 5ta parte..

EUBSMA - 3 primeras partes

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Hagan una buena releída que se viene la cuarta:

http://enoctubrenohaymilagros.blogspot.com/2009/08/primera-parte.html
http://enoctubrenohaymilagros.blogspot.com/2009/08/segunda-parte.html
http://enoctubrenohaymilagros.blogspot.com/2009/09/tercera-parte.html